El microscopio quirúrgico en todas sus modalidades, así como las pequeñas microcámaras con iluminación propias de los endoscopios, nos resultan de gran utilidad cuando necesitamos ver detalles muy escondidos de la anatomía dental.
Podemos, por ejemplo, ver con gran magnificación el interior de una muela y los conductos de los nervios. Esto nos ayuda mucho en el diagnóstico y el tratamiento de situaciones complejas. Nos facilita el trabajo en diferentes especialidades de la odontología, como la odontología conservadora (detección de fisuras, caries escondidas, etc.), la endodoncia (localización de conductos, eliminación de pulpolitos, retratamientos, etc.), la cirugía (microcirugía, implantes, injertos, extracciones complejas, etc.), entre otras.
Si podemos ver los detalles con magnificación, podemos ser más precisos en los diagnósticos y en determinados tratamientos.
Una de las mayores ventajas de estos sistemas es que disponen de luz coaxial Esto significa que la luz ilumina exactamente en la misma dirección que la cámara o la lente que lo ve. Por eso no se generan sombras, a diferencia de lo que ocurre a simple vista, donde la luz incide con un ángulo diferente al de la visión.
Esto se traduce en diagnósticos y tratamientos más finos y precisos.
Los distintos sistemas de magnificación óptica como microscopios, lupas o endoscopios nos permiten realizar diagnósticos y tratamientos más precisos